Editorial del 26 de enero de 2015

“El pueblo griego ha ejercido una vez más el derecho de elegir a sus dirigentes de forma libre y democrática”. La frase es de Rajoy y está escrita en el telegrama que ha salido esta mañana de Moncloa con el triunfador Alexis Tsipras como destinatario.

Será solo cortesía, pero al menos desde España no se han pronunciado las impresentables palabras que el primer ministro británico se ha marcado al afirmar que “Syriza es un peligro”. Algunos no han aprendido que no se puede amenazar a los que tienen poco o nada que perder. Al final pasa que pierden el miedo y votan lo que les da la gana. Se llama democracia y ellos, los griegos, inventaron su primera versión.

Europa ha corrido a recordar los compromisos adquiridos por Grecia, pero al mismo tiempo está dispuesta a hablar de plazos. O sea, Europa está recordando aquella vieja premisa de que cuando alguien debe 1000 euros a un banco, tiene un problema, pero que cuando debe 1000 millones, el problema lo tiene el banco.

La apelación a la “responsabilidad” es hoy lo recurrente en el mundo político y económico europeo. Sería bueno recordar que los griegos han “botado” a los responsables de la situación en la que están. Botar con b de basta.


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