Editorial del 23 de junio de 2014

Los titulares que surgen de los consejos de ministros de cada viernes, suelen ser bastante diferentes a lo que después la realidad suele confirmar los lunes.

Hoy, lunes de verbena en buena parte del mediterráneo, hemos sabido que la reforma fiscal con la que Montoro intentó sacar el pecho el viernes, contiene elementos que no nos habían contado. Por ejemplo que las personas que sean despedidas, y reciban la correspondiente indemnización, tengan que tributar por ella y meterla dentro de su declaración de la Renta.

Sólo quedarán exentos los primero dos mil euros por año trabajado. O sea, un trabajador despedido verá cómo parte de su indemnización desaparece al tener que declararla en el IRPF del año en que fue despedido, aunque sea el pago que recibe por todos los años que lleva en una empresa.

Montoro siempre nos espera con una sorpresa.


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