Editorial del 19 de diciembre de 2013

Cuando la economía española crecía hasta asombrar a Europa, pagábamos la electricidad más barata de la Unión Europea.

Ahora, devaluados, con una economía anoréxica y 6 millones de parados, la pagamos al mayor precio de la Unión y a partir de Enero nos subirán aún casi un 12% más.

Podemos cargar contra las compañías eléctricas y preguntarnos si es verdad o no eso de que les cuesta más producir un watio de lo que los consumidores le estamos pagando. Pero ese sería un cabreo incompleto que liberaría además de la responsabilidad a los políticos. Y han sido sus decisiones las que están en el origen de este colosal agujero negro. Hasta que Rodrigo Rato hizo en el 99 la ley que permitía el déficit, las compañías nos cobraban la electricidad al precio que costaba.

Después de Rato, las Eléctricas empezaron a cobrarnos menos de lo que costaba, porque el gobierno les prometió que la diferencia, o sea, el déficit, se les iría devolviendo a lo largo de 15 años. Contener el recibo de la luz es taquillero, claro, de hecho el PP ganó por mayoría absoluta en el 2000. Cuando llegó al gobierno el PSOE, siguieron con la misma política: que no suba el recibo de la luz, aunque se acumule, año tras año, la deuda que tiene el Estado con las compañías energéticas. Éramos ricos pero los políticos no aprovecharon para poner freno a la deuda. Y así, tacita a tacita les debemos hoy 30.000 millones. Por un poco más, la Banca española tuvo que ser rescatada.

En el peor momento, nos pasan el recibo acumulado de 15 años de incompetencia política. Aquí es indiscutible lo de PPSOE.


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