Editorial del 7 de noviembre de 2013

Hoy es un día nostálgico para quienes echan de menos liderazgos políticos solventes.

Dos expresidentes, considerados por los suyos y respectivamente, los mejores de la historia democrática de España, Felipe González y José María Aznar, tienen libro en el mercado y responden con franqueza a cualquier cuestión que se les pregunte.

Aznar le reprocha a Rajoy que “hable de lo que llueve en Madrid” cuando le preguntan por el fin de la doctrina Parot. Y le pide que acometa una reforma del sector público.

González considera que Rubalcaba tiene crisis de liderazgo, al contrario que Rajoy que no puede porque nunca tuvo liderazgo.

Aznar no acepta nada milagroso en su etapa de presidente, “simplemente -dice- se tomaron las decisiones políticas adecuadas”.

Felipe recuerda que “las bases de cohesión social de España se crearon durante su gobierno”, y Aznar, que “sus legislaturas tuvieron una gran ambición”.

Ambos expresidentes se confiesan disponibles para lo que haga falta, siempre desde el lugar en el que ambos ahora están.

Y acabamos con una frase de Aznar, “las grandes cosas no las hacen los mequetrefes”.

No me digan que no es un día para la nostalgia del liderazgo.


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