Editorial del 19 de octubre de 2012

Para seguir con la tradición reciente de los viernes de dolor, la Sra Merkel ha lanzado un jarro de agua fría sobre las expectativas de España.

Lo que ha dicho este mediodía es la peor noticia para nuestro país: que no habrá recapitalización directa a la banca española. Eso significa, simple y llanamente, que el dinero que Europa preste a los bancos españoles, lo hará a través de nosotros, o sea, el Estado. Para entendernos, nosotros somos el aval y nos computa como deuda nuestra y no de los bancos. ¿Recuerdan cuando nos dijeron que solo era una “Línea de crédito” que en nada afectaba a las cuentas del Estado? Pues aquellas buenas palabras hoy ya pueden enterrarse.

Hasta que no haya Unión Bancaria, y por tanto, un supervisor supranacional, no se da un duro directo a ningún banco. Se da a los países y esa cuenta, por tanto, engrosa “lo que debemos”.

O sea, nadie podrá decirnos ya que la ayuda a los bancos no nos va a costar dinero a los contribuyentes. Nos lo temíamos desde el principio. Y hoy Merkel nos lo ha dicho crudamente. Rajoy lo ha venido a confirmar cuando ha dicho que tampoco le preocupa demasiado, porque sólo son 4 puntos del PIB.


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