Editorial del 10 de diciembre de 2012

Está siendo un lunes negro, con la vuelta a las turbulencias financieras, bursátiles y un incremento notable de la prima de riesgo. El culpable hoy es “el efecto contagio”, no el de Grecia, sino el italiano. La amenaza de Berlusconi de volver a presentarse a las elecciones, no solo puede ser el infierno para los italianos sino también para nosotros.

Aún existe alguna posibilidad de que Mario Monti, el actual primer ministro, reconsidere su intención no de dimitir-que eso es irrevocable- sino de presentarse finalmente a las elecciones generales. Su llegada al gobierno italiano, produjo lo que Rajoy creía ingenuamente que también ocurriría con él en España, que fue la vuelta a la calma de los mercados y a una estabilidad que hoy retorna a la agitación.

La prueba de cómo Monti ha sabido gestionar la situación crítica italiana y jugar sus cartas, es que partiendo de un punto tan malo como el español, había conseguido que el mercado les volviese a fiar.

Hoy, la suerte de Italia es la nuestra. El caso es que todo lo malo que ocurre en la zona Euro tiene repercusión inmediata en nuestro país. Por eso debatiremos hoy en el gabinete sobre la casi inverosímil decisión de Berlusconi de volver al “escenario del crimen” del que tuvo que huir a toda prisa hace un año.


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