Editorial del 29 de marzo de 2011

El ministro del interior comparecía ante la Comisión del ramo para dar cuenta de la tasa de criminalidad del 2010 pero apenas pudo presumir de que ésta fuera la más baja en España de los últimos 11 años. Ese es el dato, pero la oposición no estaba dispuesta a dejar pasar la ocasión de volver sobre el asunto Faisán y las ya famosas actas de ETA. El PP se ha bastado para lanzarse en barrena sobre Rubalcaba, al que han acusado de casi todo.

El resto de la oposición no ha seguido el camino, al contrario, desde Convergencia y Unió se ha lamentado que otra vez la lucha terrorista vuelva a ser objeto de confrontación política. “Convergencia siempre estará con el gobierno en este asunto, sea del color que sea”, ha dicho su representante. El portavoz del PNV también ha defendido la política antiterrorista del gobierno, y ha hecho su diagnóstico, “estamos sobreinformados” en este asunto. Ciertamente, no se conoce el caso en país alguno en que la credibilidad de los delincuentes supere la del Estado.

En todo caso, sea o no responsable Rubalcaba de todo lo que le acusa el PP, lo seguro es que es culpable de sacar buena nota en las encuestas y de ser el sucesor in pectore. Con esas credenciales, que se vaya preparando porque el combate será largo. Y muy pesado.


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