Editorial del 21 de octubre de 2009

"Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los estafadores de 24 millones de euros a sus socios de Urbanor, según sentencia de la Audiencia de Madrid, ratificada por el Supremo. Esos señores que se atrevieron a pedir un indulto para “humanizar la justicia”, que nunca llegaron a ingresar en la cárcel pese a que tres años y ocho meses de condena obligan a entrar en prisión. Resulta que ahora han presentado una demanda para que el Estado los indemnice con casi cinco millones de euros ¿saben por qué? “Por los daños injustos, y los perjuicios económicos y morales que recibieron durante el proceso”.

Hagamos memoria. Los Albertos, dijeron a sus socios de Urbanor que habían vendido los terrenos de la plaza de Castilla a 900 euros el metro cuadrado, cuando, en realidad, lo vendieron a 1400, tuvieron que falsificar documentos y así “robaron” a sus socios 24 millones de euros. Cuando éstos se enteran, denuncian, la justicia les da la razón, pero amigo mío, el delito está prescrito por el tiempo transcurrido. El Supremo rectifica al tribunal, dice que de prescripción nada, pero los Albertos siguieron sin pisar la cárcel pese a la protesta de la fiscalía .

Y así llegan los elegantes delincuentes al Constitucional que, les absuelve de ir a la cárcel porque el delito es demasiado antiguo y prescribió. O sea, nadie cuestiona que los Albertos son estafadores, pero se libran de la cárcel. Esos señores son los que ahora piden cinco millones de euros al Estado por daños y perjuicios. O sea, quieren que usted y yo, incluso los estafados en su momento, les paguemos a escote 800 millones de pesetas. La noticia, revuelve el estómago.


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