Editorial del 19 de enero de 2009

Dice la ley de Murphy, como todo el mundo sabe, que si algo puede ir mal, irá mal. El comisario Almunia, ha sido aún más pesimista que Pedro Solbes, que, a su vez, dio el viernes pasado los datos más desoladores para la economía española. Puede rozarse el 19% de población activa en paro, y la recuperación se va a resistir mientras se resistan los bancos a prestar dinero.

El presidente Zapatero ha insistido en lo mismo que dejó dicho hace una semana en Julia en la onda: que va a reunirse en breve con los presidentes de los bancos y cajas más importantes. Quiere instarles a que agilicen la concesión del crédito. Las empresas necesitan financiación y el dinero no corre, por más que el gobierno inyecta cantidades ingentes en la banca.

Así las cosas, va Izquierda Unida y pide que los banqueros comparezcan en el Congreso para dar explicaciones. Está por ver si la mayoría de la Cámara lo aprueba y vemos a Botín, González, Fainé y compañía contando en la cámara de representación popular de todos los españoles, qué están haciendo con el dinero que les llega a base de comprarles activos con dinero público. Nadie entendería que tuviera que ir el presidente de Iberia a dar explicaciones de lo suyo, y que, en cambio los banqueros fueran eximidos de pasar por el mismo trance.


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