Portalparados, 13 de septiembre de 2013

Contemplé con expectación la vuelta a la televisión de la periodista, Julia Otero por dos motivos. Primero porque confieso mi admiración profesional hacia ella y en segundo lugar, porque el desempleo ocupaba el centro de atención de ese programa especial que Antena 3 ha bautizado con el nombre de “Ciudadanos”.

Por Javier Peña

Por si no visteis el programa, Julia Otero apareció en un plató, rodeada de doscientas personas en situación de desempleo, cada uno con sus circunstancias y su historia detrás. En la parte central, además de la periodista, se encontraban cuatro desempleados más que representaban a los perfiles que lo tienen más complicado a la hora de buscar trabajo y un grupo de expertos que ofrecerían algunas recetas, si es que existen, para salir del paro.

El programa prometía y mucho puesto que se ocupaba del problema que más preocupa a los ciudadanos, según recoge habitualmente la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas. Y además, trataba de aportar una visión entre realista y constructiva de este grave problema social.

Me gustó especialmente la compostura de Julia Otero que a diferencia de otros profesionales, no hizo saña con los testimonios más dramáticos de la crisis, no hubo llantos, ni otras escenas que perfectamente, podían haberse producido entre personas que realmente, lo están pasando mal. En eso jugó un papel esencial su conductora que se limitó a señalar la realidad sin hurgar en la herida.

Otra cosa distinta fueron los supuestos expertos que acudieron al programa con la intención de arrojar algo de luz a las personas que se encontraban en el estudio y a las que podían verlo a través de la televisión. Salvo el emprendedor, Marc Vidal que tuvo alguna intervención interesante, como aquella en la que descalificó las cifras de la economía sumergida porque era una forma de decir que no existen tantos desempleados en este país, una idea que ya he comentado en anteriores artículos, el resto recibieron un buen “baño” de los ciudadanos.

El que salió peor parado fue un señor que se llama Mikah de Waart que se dedica, entre otras actividades, a impartir charlas para motivar a los desempleados para que resuelvan cuanto antes su situación. Lo ví el año pasado en unas jornadas, organizadas por Infojobs en Barcelona y ya asistí atónico a una intervención más propia de un telepredicador estadounidense que de otra cosa. Y en el programa de Antena 3, trató de seguir esa filosofía aunque se topó con la cruda realidad que le transmitían mensajes, como “primero trabajar y después filosofar”.

Nosotros somos los primeros en defender que la actitud es esencial a la hora de buscar trabajo, creemos firmemente que hay que luchar contra la depresión o la ansiedad que produce esa tarea. Sin embargo, hay que partir del realismo, partir de que no existen recetas mágicas, tal y como nos quiso “vender” este conferenciante profesional.

No es de extrañar que apenas, pudiera terminar las dos intervenciones que tuvo en el programa porque rápidamente, los ciudadanos le pusieron en su sitio y le dieron una lección de realidad, verdaderamente impagable.

Es el problema de alguno de estos supuestos expertos que parecen levitar más que caminar sobre el suelo.

Algo parecido le ocurrió a un headhunter que debía ofrecer algunas pautas sobre cómo hacer un currículum o enfrentarse a una entrevista de trabajo. Su intervención estuvo llena de obviedades hasta que reprochó a un joven albañil que incluyese formación complementaria en su C.V. Y el afectado le recordó que para pedir trabajo en una obra, no era necesario ese documento y ese apartado que el experto denostaba, lo incluyó con la intención de mostrar que había realizado algunos cursos de reciclaje para el sector aeronáutico. En resumen, más sensato el ciudadano que el supuesto experto.

Y luego estaba la directora de Comunicación de Adecco, Margarita Álvarez que afortunadamente para ella tuvo poca intervención aunque muy destacada. Primero porque al hablar de las ofertas de empleo que no se publican, ella las cifró en el 60% cuando los estudios de su propia empresa la sitúan en el 80%. En segundo lugar, porque recomendó a uno de los invitados que cambiase de domicilio cuando su empresa difícilmente contrata a personas que no sean de la zona, salvo que el puesto no se cubra. Y en tercer lugar, porque dijeron que Adecco ofrece 30.000 empleos diarios, lo que representaría 900.000 contratos mensuales, es decir, un 90% de los realizados en agosto, por ejemplo.

Frente a todos ellos, Inmaculada Michinina, una ciudadana de Cádiz que tan sólo quiere una licencia municipal para vender en el mercadillo. La recordaréis por un video que se hizo muy popular en internet. Su intervención fue la más sensata, la más real, la más inteligente de toda la noche.

Ella solita desmontó algunas ideas que pululaban en el plató como aquella de “si no encuentras trabajo, créatelo tú mismo”, como si todo el mundo estuviera preparado para ello o tuviera ideas para poner en marcha su idea de negocio.

Otra idea que se deslizó de forma un tanto peligrosa es que al final, tener un buen nivel educativo o no, era lo mismo porque había personas en paro tanto en una situación como en otra. Es un mensaje un poco engañoso porque todos los estudios indican que las personas sin estudios tienen mucho más difícil incorporarse al mercado laboral que aquellas otras que sí lo tienen.

En resumen, Julia Otero fue una buena maestra de ceremonias en un debate en el que los ciudadanos utilizaron mejorar argumentos que la mesa de expertos que se dedicaron más a vender humo que a otra cosa.

Javier Peña
Director Portalparados.es


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net