11/11/2016

Tras el triunfo del hombre-naranja asistimos a una sinfonía de cinismo. El mundo económico y político confía en que los disparates pronunciados por Trump en campaña tengan la misma naturaleza que las promesas electorales que recibimos en el resto del mundo. Lo mejor que puede ocurrirnos, vienen a decir, es que él haya tomado el pelo a sus electores, lo habitual, vamos. ¿Ignoran que el "fuck you" de los norteamericanos es una respuesta precisamente a ese mangoneo?


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