Entrevista publicada en la revista Semana

La periodista nos da una sincera entrevista con motivo de nuestro 75 aniversario: «No creo en la suerte, sino en el trabajo»

La directora y presentadora del programa radiofónico Julia en la Onda, de Onda Cero, nos habla, en su entrevista más sincera, de su hija, Candela, de su marido -el doctor Josep Martínez-, de sus miedos y del momento vital y profesional en el que se encuentra: «Siempre aprendiendo, siempre con una mochila de responsabilidad que va creciendo con los años»- afirma.

Candela, su única hija, ya ha llegado a la mayoría de edad y Julia apenas se lo cree: «El hecho de ser mamá de universitaria me escandaliza todos los días, porque no me puedo creer que ya hayan pasado 18 años desde que nació».

¿Qué implica para ti que tu hija sea ya mayor de edad?

Primero, implica que es libre para tomar una serie de decisiones. Lo considero el último corte del cordón umbilical.

Entre la Medicina y el Periodismo ¿qué ha elegido?

Mi hija quiere ser médico. Está en el primer curso. Eso quiere decir que se ha esforzado mucho porque la nota de corte era alta, por encima del doce. Ella ha ido preparándose durante años para este momento. Parece que se inclina por la neurocirugía.

Te veo apasionada con la elección de tu hija.

Te diré que de adolescente, hasta los 14 años, yo también quería ser médico...

Pero te hiciste filóloga.

Sinceramente creo que las cosas importantes ocurren por casualidad. Primero había que escoger entre Ciencias y Letras y opté por lo segundo. Por casualidad también, tuve una excelente tutora en COU que me dijo que escribía bien y me aconsejo que estudiara Filología. Al fin y al cabo era la herramienta con la que iba a trabajar en el Periodismo, carrera por la que yo me inclinaba, y le hice caso. Después llegué también por casualidad a la radio y por casualidad a la televisión. Y sigo estando aquí por casualidad aunque ya han pasado tres décadas.

¿Te hubiera hecho ilusión que hubiera sido periodista?

Estoy encantada de que no escogiera esta profesión porque mi sombra hubiera sido demasiado alargada sobre ella. Eso no quita para que mi hija esté interesada por la sociología, la política, por lo que ocurre a su alrededor...

¿Has tenido complejo de culpa por no poderle dedicar más tiempo a Candela?

Creo que hay que desembarazarse de un sentimiento de culpa que siempre nos persigue a las mujeres profesionales. Hay que romper con eso porque yo creo que hago más por mi hija, peleando desde un micrófono por un mundo mejor donde la igualdad y la paridad sean una realidad.

¿Qué ha visto tu hija en casa que le haya servido de espejo?

En nuestra casa hay mucho respeto y las decisiones se toman compartidas. Aquí no hay subordinación de ningún tipo. Eso ha sido muy bueno para ella. Además, yo he aprendido a no culpabilizarme de nada. Creo que he estado en todos los momentos importantes de su vida; le he dedicado todo el tiempo que he podido y creo que el premio ha sido una adolescencia maravillosa sin ningún tipo de conflicto y un expediente académico muy bueno.

Julia considera que su vida de pareja junto al doctor Josep Martínez y su vida familiar con la hija de ambos, es normal. «Una familia como tantas otras». Sin embargo, no muchas parejas tienen uno de sus miembros tan reconocidos y optan por ponerle a su hija los apellidos maternos antes que los paternos. «Otero Martínez y no al revés. Guando una pareja llega al Registro puede poner a su hijo el segundo o el primero de sus apellidos indistintamente. En mi entorno muchas parejas han optado, como yo, por poner a sus hijos el apellido de la madre. Más que nada para que no se pierda el menos frecuente», aclara.

¿Hay una reivindicación en ese cambio de apellidos?

Una reivindicación de no aceptar el statu quo porque sí. Hay que tener en cuenta otro tipo de razones y no lo que manda la tradición.

Julia, vives con un médico, ¿esto te ha dado cierta tranquilidad?

No hay nadie más indiferente a las enfermedades de la familia que un médico en casa. Tiende a minimizar todo lo que se puede minimizar y sobre todo, tiende a desmedicalizar todo. Sin embargo, yo he de confesar que me automedico y mucho.

¿Qué representa el amor en tu vida?

Me han pasado muchas cosas que solo ha sabido mi círculo íntimo. De eso, me siento muy orgullosa. Nadie a día de hoy sabe nada. Mi vida privada permanece en la oscuridad, ajena por completo al ojo público. Me ha costado mucho pero lo he conseguido. Es más, hago esta entrevista solo porque Semana vive esta efeméride.

No me has contestado, ¿qué significa el amor en tu vida?

El amor es un puerto de llegada, un lugar al que volver todos los días. Es casa, el descanso... Reconozco que estoy viviendo una época muy tranquila en todos los aspectos.

¿Te obsesiona el tema de la salud?

Cuando llegas a cierta edad, empiezas a enterrar a seres queridos... Yo enterré a mi padre hace ocho años. Se te empiezan a mover las arenas de debajo de los pies y tomas conciencia del paso del tiempo. Esa conciencia la tengo. No me importa tanto morir como el sufrimiento. La muerte es una estación de destino que acepto. Lo que no acepto es el dolor.

De joven te detectaron un tumor en el abdomen que superaste después de pasar seis veces por el quirófano.

Me di cuenta de que la muerte era una posibilidad desde los veinte años. Eso te marca las cartas del juego pero, una vez pasado el trance, le he sacado un aprendizaje positivo. Aprendí que había que vivir la vida intensamente y ocuparme de la gente que me importa de verdad. Creo que se aprende a valorar la bondad. Eso lo dice mi amigo y vecino Joan Manuel Serrat.

¿Te cuidas de una manera especial?

Como de todo. Además soy muy beligerante con el tema de la delgadez. Lo peleo todos los días, tengo amigos con hijas ingresadas desde hace años por anorexia. Lo he visto tan cerca que me rebelo contra esas fotografías infames que utilizan las grandes marcas para anunciarse. Eso es desfeminizar a las mujeres y procuro denunciarlo. Las top de mi generación eran señoras con curvas y personalidad, pero ahora se busca el feísmo, percheros andantes y la invisibilidad de la figura de la modelo.

¿Tienes tiempo para ti, para cuidarte?

Sin obsesionarme procuro ir al gimnasio para mantener las carnes prietas -dice, riendo sonoramente.

¿Entras mucho a la cocina?

No, solo lo justo. Se me da bien el horno; dicen que es el mejor instrumento para un perezoso. Me gusta comer pero no soy capaz de hacer nada épico.

¿Eres feminista?

Sí. Hay una generación que se ha dejado amilanar, confundir porque le han dicho que ya no había nada que reivindicar y hay que decir a esas jóvenes que no es así. Que miren los salarios de las mujeres y que vean cuántas hay en puestos de decisión importantes a su alrededor. El techo de cristal lo pone la inercia histórica y la falta de ambición de las mujeres.

¿Eres de derechas o de izquierdas?

Soy una persona progresista que cree que el Estado debe garantizar la igualdad de oportunidades. La piedra angular de mi forma de pensar pasa por la igualdad.

¿Independentista?

No.

¿Independiente?

Si independencia es que nadie pueda levantar un teléfono para darte consignas políticas, soy absolutamente independiente. No me verás jamás en ese tipo de pesebres.

¿Eres coqueta?

Claro.

¿Seductora?

La seducción es la materia prima de la que está hecha la comunicación. Por tanto, no te puedes dedicar a este oficio sin intentar seducir a quien te escucha o a quien te ve.

¿A partir de los cincuenta uno se vuelve invisible?

Sí, tanto mujeres como hombres.

¿Esa situación te da rabia?

No, pero reconozco que no es fácil asumir el paso de los años, las arrugas, levantarse con los ojos hinchados...Yo lo he asumido con total naturalidad. Salta a la vista que en la cara tengo todo lo que corresponde a mi edad. Vamos quedando pocas sin bótox, incluso, diría que pocos porque cada vez veo más hombres con relleno.

La periodista presenta cada tarde en Onda Cero (emisora a la que volvió en 2007 tras una etapa en Punto Radio), Julia en la Onda. Son tres horas diarias de la actualidad de cada día y donde deja patente su ironía y sentido del humor: «El programa está en un muy buen momento. El equipo que tengo, que ya son mis amigos, está muy cohesionado con personalidades muy distintas pero muy cómplices. Yo creo que nunca había tenido un equipo tan bien avenido como el de ahora».

Has hecho una apuesta por el sentido del humor y la ironía...

Hay una frase de Oscar Wilde que lo define muy bien: «Si quieres decir la verdad a la gente, hazles reír porque de otro modo, te matarán». La realidad más cruda se puede intentar contar con ironía y con esa retranca gallega que creo que no he perdido.

En la redacción de Onda Cero es fácil encontrarse a Julia detrás de una montaña de libros: «Escojo mucho a los autores que quiero entrevistar. Me gusta la novela histórica pero con el paso de los años he ido derivando más hacia el ensayo».

¿Es cierto que piensas en retirarte a Galicia?

Estoy restaurando la casa de mi abuelo. Es verdad que me gusta muchísimo el entorno rural: la montaña, los animales... pero soy urbanita de pies a cabeza.

¿Te sientes más gallega o catalana?

Soy gallega porque nací en Galicia y mi familia es gallega por los cuatro costados. Me gusta mucho mi tierra. Y a la vez, soy catalana porque llevo en Barcelona desde los 3 años. Eso me permite tener una visión rica de la realidad española.

Con un padre músico, que tocaba la trompeta, ¿no tocas algún instrumento?

Era un excelente trompetista pero tuvo que abandonar la profesión cuando desapareció la música en directo. Fue tal la decepción, que no insistió para que yo aprendiera música. Es algo que con los años le reproché.

Julia, como hija única, ¿qué enseñanzas te transmitieron tus padres?

Un amor entregado tanto de uno como de otra. Tengo una madre estupenda. Me supieron transmitir fe en mi misma. También aprendí de los dos la resiliencia. Es decir, la capacidad de poder levantarte cuando te caes.

¿La vida te puede romper el corazón?

Me han pasado muchas cosas y sinceramente, algunas malas. Sin embargo, no soy una persona aplastada por nada del pasado. No tengo nada que me asfixie.

¿Te consideras una mujer de suerte?

No creo en la suerte, creo en el trabajo y en la oportunidad.

Y el futuro, ¿cómo lo encaras ahora?

Hace 25 años que mi futuro nunca llega más allá de la próxima temporada. El futuro, trabajando en estos medios, siempre está desdibujado.

¿Te ves más en la radio o en la televisión?

La radio te permite licencias que la televisión no te consiente. Yo empiezo cada día contenta en la radio. Me lo paso bien trabajando pero disfruto igualmente de las vacaciones y del tiempo libre. Tengo la fortuna de pasarlo bien en el trabajo que he escogido o más bien, el trabajo que un día me escogió a mí... Y por cierto, ¡Feliz aniversario!

Texto: Nieves Herrero
Fotos: Luis Malibrán
Escenario: Hotel Bagués (Barcelona)

 


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