Teletodo, 29 de septiembre de 2007

Por Marisa de Dios

¿Los niños prefieren vivir en la ciudad o en el campo? ¿Cómo ven la adolescencia? ¿Cómo llevan el día a día en la escuela? Estos son solo algunos de los temas que se plantearán en la segunda temporada de No em ratllis!, que regresa a TV-3 el viernes 5 (21:45 horas). En esta nueva etapa, el espacio, basado en un formato de la cadena BBC (What kids really think), mantiene la misma filosofía: interrogar a los pequeños sobre cuestiones de la vida cotidiana.

La periodista Julia Otero sigue al frente de No em ratllis!, que compaginará con su magacín de tarde en Onda Cero, Julia en la Onda. El éxito del programa de TV-3 -consiguió una media del 21,4% de cuota de pantalla- ha llevado incluso a que le salga un hermano gemelo. Será en Telemadrid, y estará presentado por la actriz Lydia Bosch.

-¿Cuáles son las principales novedades de esta temporada?

-No habrá muchos cambios, ya que es un formato del que hemos hecho 20 programas en la primera temporada y no necesita alteración. Además, los niños son un material altamente sensible. La principal novedad es la incorporación de la sección La motxilla sorpresa. Se trata de un pretexto para recuperar a algunos de los niños que dejaron más huella la pasada edición. El pequeño traerá objetos que explican trazos de la personalidad del invitado, y también será divertido ver la evolución que ha sufrido el chiquillo durante este tiempo.

-¿Qué famosos pasarán este año por el plató?

-De momento, tenemos a Xavier Sardà, Jesús Vázquez, Jordi Hereu y Joan Puigcercós.

-¿Qué buscan en los invitados?

-A personas que tengan una buena comunicación con los niños, que sepan jugar con ellos, que los pequeños los conozcan y que estén dispuestos a participar en un programa con unas características que a veces pueden no ser cómodas. Y es que hay que tener en cuenta que aquí los chavales son los verdaderos protagonistas.

-¿Qué ingredientes del programa logran seducir a la audiencia?

-El éxito de cualquier espacio está en la transversalidad, en conseguir que coloque delante del televisor a un amplio sector de la sociedad, tanto niños como adolescentes, padres y abuelos. Nosotros lo logramos porque hacemos un programa fresco y familiar, donde la sonrisa está garantizada, donde nadie se puede sentir ofendido. Además, es interesante que, cuando acaba, puede fomentar un debate en la familia.

-¿Trabajar con niños es más complicado que hacerlo con personajes públicos?

-Es más delicado, aunque los niños son más fáciles. La comunicación de los chavales no está tan pervertida como la de los adultos, dicen lo que piensan, son políticamente incorrectos y transparentes. Después de 25 años de tratar con vips, este programa es una cura de desintoxicación.

-¿Le siguen sorprendiendo los comentarios que hacen los pequeños?

-¡Claro! Los niños son un espejo nuestro, reflejan las ideas y el modo de vida de la familia, aunque sus reflexiones no están pasadas por el filtro de la diplomacia. Me sorprende su sinceridad: no lo que dicen, sino que lo digan.

-Entonces, el programa muestra que la visión del mundo de los niños y los mayores no es tan distinta...

-Sí. Lo que es diferente es la manera de expresarla, la falta de prejuicios de los chicos a la hora de explicarla. Los pequeños se educan en una familia y reflejan sus valores.

-¿Trabajar en una televisión pública aligera la importancia de las audiencias?

-Para nada. Está claro que si No em ratllis! hubiera sido un fracaso no continuaría con una segunda temporada. Lo único es que en la televisión pública se toman las cosas con más paciencia, hay más templanza si confían en un producto y le dan un poco de margen.

-¿Se plantea seguir con el doblete en televisión y radio después de este programa?

-No, es una cosa puntual. Cuando acabe, me tomaré un descanso en televisión. En la radio tengo dos años de contrato, y es una carrera de fondo. Por eso ahora las incursiones televisivas tienen que ser en periodos cortos.


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