El Periódico, 18 de mayo de 2008

FERRAN MONEGAL

Y en un momento dado de la entrevista que le hizo Pablo Motos a Julia Otero (El hormiguero, Cuatro), ella puso su pierna izquierda encima de la mesa y enseñó el zapato que se había comprado aquella tarde misma. O sea, lo que enseñó en realidad fue su delicado piececito. ¡Ah! este es el tema, el asunto, el nudo gordiano de lo que se debate estos días sobre la comentadísima demanda de Telma Ortiz: una cosa es enseñar el pie en un momento dado porque te da la gana y, otra, que te lo busquen y te obliguen a enseñar continuamente los deditos. En esta espumosa conversación de El hormiguero hubo un instante muy serio en que Pablo comentó, precisamente, el caso de la hermana de Letizia. Y Julia, a propósito del asunto, contó un lance de su vida que no le habíamos escuchado contar nunca. Explicó que, años atrás, después de dar a luz a su hija, decidió no mostrarla ni exponerla al tiro al blanco de los paparazzi ni traficar con ella como si fuera una mercancía de consumo. Y que tras el parto, se cuidó mucho de salir de la clínica sola, sin su hija. Entonces, se le acercó un fotógrafo que estaba esperando la exclusiva de la foto, y le espetó: "Eres una hija de puta". O sea, el paparazzo se creía con derecho al insulto por haberle estropeado su expectativa. Este lance que ha contado ahora Julia Otero en el programa de Motos ocurrió hace 11 años atrás, pero es de una actualidad indiscutible. Demuestra el pantanoso y tramposo terreno en el que se mueve ese mundo que antes se llamaba prensa rosa --y que era una acreditada rama del periodismo clásico--, pero que hoy se ha transformado, en muchos casos, en una depredación sin ética y sin escrúpulos. Estos días muchos canales de TV han montado debates acerca de la pretensión de no acoso de la hermana de la princesa de Asturias. Anotemos el 360 grados de Roberto Arce en A-3 TV. Allí compareció el propietario de Korpa, una de las agencias con mayor escuadra de paparazzi del país. Se sacó de la manga un argumento pintoresco. Vino a decir que su trabajo es exactamente igual que el de los periodistas del área política que siguen a los diputados por los pasillos del Congreso. Por fortuna también estaba en el debate Pilar Rahola. Se encargó de desmontar allí mismo ese intento de hacernos comulgar con ruedas de molino.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net