La Voz Digital, 25 de junio de 2007

Rafael Amargo, Julia Otero, Neus Asensi y Luz Casal recibieron el título de Excelencias Gallegas en una gala repleta de famosos celebrada en Barcelona

Dicen que al verdadero gallego se le reconoce porque cuando te lo encuentras en una escalera nunca sabes si sube o baja. Elsa Anka, Pedro Ruiz, Rafael Amargo, Ricardo Bofill, Silvia Tortosa, Juanjo Puigcorbé y Neus Asensi son de ésos que sin haber nacido en Galicia se sienten a ratos tan gallegos que están dispuestos a superar la prueba de la escalera. Sobre todo, cada vez que se celebra en Barcelona la Cena de Gala de la Asociación de Empresarios Gallegos de Cataluña, bajo la batuta de Julio Fernández, dueño de la distribuidora Filmax.

Esta vez cayó en viernes y el escenario elegido fue el hotel Gran Marina World Trade Center de la Ciudad Condal. Durante la velada, amenizada por un grupo de cantantes de ópera formados en el Liceo y ataviados a la manera del siglo XVIII -hasta los camareros llevaban librea y empolvada peluca-, se concedieron los títulos de la Excelencia Gallega a cinco personajes públicos de las artes, la política, la empresa... Sin olvidar que lo realmente excelente y de premio era el pulpo.

Luz Casal, galardonada en la categoría de Arte, no pudo acudir por estar recuperándose de la quimioterapia a la que se ha sometido tras sufrir un cáncer de mama. La que sí estuvo presente fue Julia Otero, Excelencia gallega de la comunicación. Julia, natural de Monforte de Lemos, pero criada en Barcelona, eligió para la ocasión un vestido rojo del gallego Adolfo Domínguez. «¿Que si me considero excelente? -preguntó la periodista-. Me conformo con ser respetable, digna y honesta con mi gente, aunque la excelencia es un buen norte en la vida».

Otero admitió que en lo referente a su vida privada «he sido intratable. Borde, incluso. Pero gracias a eso he logrado hacerme respetar». Julia nunca ha desvelado el nombre del padre de su hija, Candela. La niña tiene ahora diez años y su madre dice orgullosa que es «muy sensata» y que, por suerte, «ni siquiera ha entrado en la preadolescencia».

A punto de incorporarse a la emisora de radio de la que «no me marché, me marcharon», la comunicadora no descarta otras ofertas. «A la tele volveré -dijo-. Pero no voy a operarme para que me ofrezcan un contrato. De momento, tengo todas las arrugas y espero saber envejecer bien. Que el Señor me guarde el sentido común y me aleje del bótox».

Neus Asensi acaba de rodar en Valencia Cuerpo a la carta, una TV-movie que habla precisamente «de la obsesión de las mujeres por la belleza» y no descarta un arreglillo futuro. «Si algún día hay que pasar por el quirófano, se pasa», adelantó. La actriz catalana comenzará pronto otra película en Galicia en la que hace de camionera. «Llevo un tráiler de 17 metros -explicó- y he aprendido a manejarlo».

El acta de los premiados la leyó Pedro Ruiz, amigo del anfitrión Julio Fernández. Ruiz, a sus 59 años, dice que aún es pronto para pensar en ser padre. «Además, con uno como yo en el mundo, basta». Según él, todas sus parejas «se han roto precisamente porque ellas querían tener hijos y yo no». El showman amenaza con un nuevo disco de más de una hora de duración en el que, entre canción y canción, se escucha el sonido del mar. «Las cosas que escribía con 18 años las volvería a firmar hoy».

¿Quién es la Pantoja?

«Es una persona fantástica», dijo de Pedro Ruiz su ex novia Elsa Anka, que esa noche iba vestida con un traje y un marabú del diseñador Joaquín Pérez Valette y acompañada por su actual pareja. Al verla, Pedro Ruiz soltó una de sus sentencias favoritas: «Cuando veo a mis ex con sus nuevos maridos, me digo: ¿Qué felices somos los tres!».

La cantante Gisella contó que acaba de tomar un curso con el coach de Robert de Niro. Ricardo Bofill, hijo, no contó nada, pero su orondez parece indicar que sigue fiel a la desintoxicación que se impuso. Llegó con Ana Turpin, su novia, y con la diseñadora Purificación García. Juanjo Puigcorbé, siempre discreto, estuvo con su mujer, la actriz Lola Marceli. Sancho Gracia acudió junto a Blanca Marsillach y Fernando Guillén Cuervo. Sancho confesó ver todos los canales de televisión, «incluido el porno», y dijo que no conoce a la Pantoja. «Ni idea, ¿quién es?», preguntó varias veces.

Y en estas, como si hubiera oído tamaño despropósito, hizo su entrada estelar José Manuel Parada, amigo personal de la tonadillera, del brazo de Silvia Tortosa y de la pianista Eloísa Martín. Parada, con coleta y sobredosis de Farmatint, comentó que «Isabel no se encuentra tan mal como dicen. Está preocupada, porque si no sería una inconsciente. Pero tiene momentos muy gratos con los amigos y familiares que le apoyan». Y luego, como aviso a navegantes, añadió: «Creo que hace como tres meses que no me enamoro».

La guinda la puso Rafael Amargo, más discreto que de costumbre. El bailarín, que acaba de estrenar en Madrid Tiempo muerto y en agosto recalará en el Liceo barcelonés, no quiere ni acordarse del affaire de Tenerife.


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