El País, 12 de febrero de 2003

La tradicional ceremonia en el Ayuntamiento se empapó de sentimiento antiviolencia 

La entrega de los premios Ciutat de Barcelona correspondientes al año 2002 se convirtió ayer en un alegato contra la guerra y contra el terrorismo. Algunos de los premiados en las 16 categorías de este galardón (que concede el Ayuntamiento desde hace más de medio siglo, con la intención de agradecer las mejores aportaciones hechas desde la ciudad a la cultura y la ciencia) expresaron su no a ambas manifestaciones de violencia en sus discursos de agradecimiento al premio.

El periodista de EL PAÍS Agustí Fancelli, distinguido en la categoría de medios de comunicación en prensa escrita por el artículo Barcelona adónde vas (publicado el pasado mes de julio en el suplemento EPS), dedicó el galardón a sus padres; "que como yo habrían pensado: no a la guerra y no al terrorismo", dijo. Los impulsores del festival de música avanzada Sónar, ganadores en la categoría de música, señalaron que este festival "dice sí a la vida y no a la guerra". La escritora Núria Amat, premio de literatura en castellano por su libro Reina de América, dijo de éste que es "una novela contra la guerra, contra el terrorismo y contra la violencia". El director teatral Sergi Belbel, ganador en artes escénicas por la dirección de la obra Dissabte, diumenge i dilluns, dio un "no rotundo a toda violencia, terror y guerra" en nombre "de la inmensísima mayoría" de sus compañeros de profesión.

Respeto a la vida

El cardiólogo Valentí Fuster, por su proyección de Barcelona en el seno de la comunidad científica mundial, no pudo estar presente en el acto pero, en su nombre, su hermana Pilar leyó un discurso en el que reclamaba "un principio ético común: respetar y no destruir la vida humana, con independencia de todo contenido ideológico". De forma menos directa, pero igualmente clara, se manifestó la periodista Julia Otero (medios de comunicación en radio y televisión). Otero anunció que la dotación de su premio (7.850 euros, además de una escultura conmemorativa) será para la asociación Fedai, dedicada a la infancia y a la adolescencia desamparada. "No queremos niños desamparados, tampoco los de Irak".

El alcalde de Barcelona, Joan Clos se sumó también a esta manifestación en voz alta del rechazo a la guerra, a la que se refirió como "un peligro demasiado próximo". Clos dijo que "es importante que se oigan las voces en contra de la guerra, del terrorismo y la violencia de género" y añadió que el rechazo a la guerra es hoy un sentimiento común en la ciudad. Finalmente, expresó su esperanza de que "la guerra sea todavía evitable".

El concejal Ferran Mascarell,por su parte, ofreció un positivo balance cultural del año 2002 en Barcelona y lo vinculó al deseo de paz de los ciudadanos y sus gobernantes. "Durante todo el año, los ciudadanos y ciudadanas de Barcelona y sus administraciones democráticas se han esforzado por construir el mejor de los antídotos ante al fanatismo y la guerra: más cultura". En su balance, Mascarell subrayó el aumento en un 25% de la asistencia a museos, con 8.781.000 personas.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net