20minutos.es, 18 de abril de 2005

Fran Pomares

Mañana por la noche, Julia Otero intentará de nuevo convencer a los espectadores de que sus invitados y sus conversaciones son interesantes. Y lo cierto es que lo son, pero los programas sin gritos no se llevan en la hispánica televisión. Los televidentes siguen prefiriendo los gritos, el barullo, la bronca y el decibelio elevado a la enésima potencia. La charla sosegada no se estila en nuestros televisores, por mucho dinero que nos hayamos gastado en ellos. Una ordinariez se ve igual en una pantalla de plasma que en una tele de 14 pulgadas. Y es cierto que Julia se gusta mucho y se siente la prota de sus programas. Pero también es cierto que a los invitados que lleva les saca el jugo y les hace decir cosas que no son habituales en sus discursos. Es un espacio interesante y sosegado. Pero al margen de la ex pelopincho, lo mejor del programa es la sección El microondas. Clavan los tics de los políticos y se mofan hasta de los gurús de su cadena. Sólo por eso merecen el respeto de los espectadores.


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