El Periódico, 6 de enero de 2005

Ferran Monegal

Pase que las cerezas de la Otero sean de cera barnizada. Pase que el jardincillo que le ha montado TVE en el plató sea todo falso, con arbolitos de porespán y césped de plástico. Pase que el lunes invitase a Los del Río para que hablasen, por millonésima vez, de la Macarena y su éxito mundial, incluido el Vaticano. Pero que asimile a la soprano Ainhoa Arteta con el ventrílocuo Moreno, por ahí no pasamos. Es de juzgado de guardia. Decía Julia, intentando buscar entre ellos un atisbo de concomitancia: "¿Qué tienen en común? Pues que los dos se hicieron famosos por lo que fueron capaces de hacer con su voz". ¡Ah!, qué bárbara: pretendía hermanar a la deliciosa soprano con el peripatético Macario. Fue para llorar. Y seguimos llorando con el triste papel de Julia entrevistando al Moreno productor de grandes caspas. Qué bochorno, papi. Halagos, jabón, apología... Solo le faltó arrodillarse. Como pueden comprender, el ventrílocuo estaba eufórico. Encantado. Y era tan intensa su satisfacción que se relajó de pronto, se desembridó, y cargó contra Loles León, antigua contratada suya en Aquí no hay quien viva (A-3), diciendo de ella que la tuvo que echar porque siempre quería cobrar más. ¡Ah!, qué interesante: Moreno hablando del dinero que ganan los demás. Debería haberle preguntado Julia entonces, inmediatamente, qué cantidad ha estado facturando él a TVE, durante años, cada semana, por sus Noches de fiesta, o por la gala de este fin de año. Los contribuyentes tenemos derecho a saber lo que nos ha estado costando, años y años, el tinglado Miramón Mendi SA. ¿O no habíamos quedado en que la trasparencia era básica? En lo que sí estamos de acuerdo con estas cerezas del martes es en el papel a que ha quedado reducido el graciosillo Toni Soler. Como gracia no hace, le sacaron, simplemente, zampándose un jamón de Salamanca. Lo apoyamos: al menos que se alimente el muchacho.


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