Diario Sport, 11 de noviembre de 2004

La humanidad de Samuel Eto’o conquistó a los espectadores de 'Las Cerezas'

En los programas de televisión en directo se ensayan los aplausos. Media hora antes de que empiece el programa, el regidor reúne a los espectadores y en un tono más que convincente les recomienda que apaguen el móvil. “No lo pongáis en silencio, lo apagáis. ¿Lo podéis volver a comprobar por favor?”. El tono no dejaba lugar a la pirula. Todos lo apagaron.

Con los móviles apagados, se pasa a la fase de ensayar los aplausos. “Así se sueltan los espectadores”, me explican mientras un grupo de periodistas aguardan a que lleguen al magnífico plató de ‘Las cerezas’, Samuel Eto’o y Luis Aragonés. El primero que aparece por la nave después de pasar por la sala de maquillaje es Luis Aragonés acompañado de Fernando Garrido.

Garrido es ahora jefe de relaciones externas de la Federación Española de Fútbol, aunque anteriormente ha sido el jefe de prensa de Javier Clemente, de José Antonio Camacho y de Iñaki Sáez. Amén del de Angel María Villar. por tanto, se supone que Garrido -TJ, para los periodistas que cubrieron la Eurocopa de Holanda- es un tipo al que nada le viene de nuevo. Esta noche no es así. Se le ve nervioso porque con Luis Aragonés en directo no se sabe nunca qué va a pasar. Y si tiene delante a Eto’o, aún menos.

Evidentemente, el tema del racismo y de su particular arenga a José Antonio Reyes bajo el lema “dígale al negro de mierda que usted es mejor”, va a ser una pregunta de la entrevista de Júlia Otero. Garrido lo sabe y se pone blanco cuando escucha a Luis Aragonés comentar a uno que anda por ahí, “¿no conoces al padre de Eto’o?, es pintor y allá es como el jefe de la tribu”. El jefe de relaciones externas de la RFEF sólo cierra los ojos y suplica en un susurro que “espero que no diga eso en directo o la vamos a tener liada otra vez”.

El ambiente se relaja en un momento en cuanto llega Samuel al plató. Se abraza a Luis, quien más que preguntar, afirma: “¿Qué, todo bien no Samuel?”. “De fábula”.

Ya en el set donde se va a realizar la entrevista los recibe una Júlia Otero que tira de espaldas con un traje azul eléctrico. “Muchas gracias por haber venido”. “El gusto es nuestro, así nos vemos”, responden al unísono.

A falta de algunos minutos para comenzar el programa, Samuel Eto’o exhibe síntomas de nerviosismo. Júlia Otero se los lleva a los sillones y charla con ellos para suavizar el ambiente. En las entrevistas también hay precalentamiento. Con la entrevista en marcha, Luis empieza enrollándose y Samuel se desmonta de risa viendo las imágenes en las que su ‘abuelito’, como él le llama, le cogía por la pechera. En medio del programa, Samuel le da recuerdos para la ‘mami’. que es como Eto’o llama a la mujer de Luis.

Pero el momento cumbre de la entrevista es cuando Samuel habla de la Fundación Campaner a la que ayuda y de los niños que sufren el terrible noma. “No son ellos los que tienen que darme las gracias. Dios me dio un don y a mí no me falta de nada y es mi deber ayudar a los niños de Africa. Las gracias se las doy a ellos”. El público estalló en aplausos. Y eso no estaba ensayado.


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