El Periódico, 14 de mayo de 2004

Ferran Monegal

Otro hermoso momento de Julia Otero, ayer, en su columna, con Pasqual Maragall, celebrando los primeros 5 meses de pacto de presidencia. O sea, Julia ya se ha convertido en la entrevistadora política de TV-3 por excelencia. Está bien pensado: es la mejor hora. Entre el culebrón El cor de la ciutat, y luego ella, cosechan la mejor audiencia de la teva. Se interesó Julia, en particular, por ese informe tan virtuoso sobre los medios de comunicación, esa esmerada redacción anónima --queda todavía por abrir la plica con el nombre del autor-- que tantas satisfacciones está dando a nuestro gremio ante la hermosa y pródiga colección de dádivas, prebendas y seguimientos que allí se reseñan. Y viendo el comprensible interés de Julia por el tema, Maragall se explayó en varios aspectos. Dijo, por ejemplo: "Esta información ha sido filtrada por un partido político --luego concretó: "el partido que gobernaba anteriormente"-- que curiosamente es el más perjudicado por dicha información. Es una situación extraña. Una especie de maniobra tipo: 'Antes de que nos cuelguen la llufa nos la colgamos nosotros'". ¡Ah!, la teoría de la llufa es muy sabrosa: siendo un elemento risible del día de los inocentes, fuera de ese día, y vagando suelta sobre algún partido político concreto, resulta tragicómica. Lo más tremendo de todo este affaire --del que el president hasta subrayó: "Había algún periódico al que le daban 20.000 suscripciones"-- es el efecto reactivo que provoca. Dijo Maragall en un momento dado, reafirmando su intención de erradicar los favoritismos anteriores: "Cuando nosotros demos ayudas lo haremos por concurso público y lo publicaremos en el Diari Oficial". Hombre, pues no es consuelo, francamente. Cabía esperar que ahora la Generalitat realizase 20.000 suscripciones en los medios que nunca tuvieron premio en la tómbola anterior. O sea, aplicar la ley del péndulo.


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