El Periódico, 3 de abril de 2003

Ferran MONEGAL

Tuvo ayer por la tarde Julia Otero la delicadeza de hacer un pequeño homenaje a Terenci. Evocó, con cariño, su paso por La columna (TV-3) --estuvo allí dos o tres veces-- y nos puso el vídeo de aquel día en que Terenci nos habló del tabaco, su verdugo y su pasión al mismo tiempo. Fue cuando ya tenía gravemente nublados los pulmones. Dijo: "Ponen en los paquetes que fumar perjudica a la salud. Estoy de acuerdo. También muchas otras cosas perjudican a la salud. Pero si yo me querellase contra las tabacaleras, lo haría por lo que no ponen. No ponen que el tabaco crea una adicción peor que la de cualquier otra droga". ¡Ah!, los fumadores sabemos cuánta razón tenía Terenci. Lo tremendo del tabaco no es que perjudique: lo desesperante es que te engancha y te deja a su merced como un pelele. En este breve homenaje de ayer nos pasaron también estampas de la vida de Terenci. Viejas fotos. Momentos intensos. Y un impagable pedacito de grabación de uno de aquellos estupendos y sarcásticos espectáculos que realizaba La Trinca en los años 70 y en los que, muchas veces, se sumaba Terenci. Es el instante que recoge la adjunta videofoto. Era esa época, lejana, en que el Nilo pasaba por Catalunya y nos bañábamos en sus aguas rebeldes. Y nos limpiaba por dentro. ¡Ah!, qué tiempos. Qué evolución más perra desde aquello. Hemos progresado tanto, que el Nilo ya no pasa por aquí. Desapareció justo el día en que Terenci le hizo una monumental botifarra al comisariado de la ñoña cultureta. Al virreinato del pal de paller que durante 20 años ha construido dos hitos culturales soberbios: un corralet de gallinas ciegas cebadas con prebendas y un cementerio de silencios para el resto.

Hoy, sobre el Nilo, se ha depositado una nube de humo de primera. Y sobre ella, Terenci, vestido de Sinuhé el Egipcio, sigue haciendo la misma botifarra que cuando el Nilo dejó que el corralet se fuese pringando solo.


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