El Periódico, 20 de noviembre de 2001

Ferran Monegal

Una alegría: salió ayer por la tarde Miquel Calçada (antes Mikimoto) en La columna (TV-3). Nos dijo que está preparando su regreso a lo televisivo. Ya lo suponíamos. "Tú querías presentar un TN, ¿verdad?", le dijo Julia Otero. Y él respondió: "Sí. Me hubiera hecho ilusión. Pero no me dejan". Pues nos hemos perdido unas risas. Le cabe, no obstante, el placer de volver con un programa sugestivo: "Una serie sobre los catalanes que viven en el extranjero --dijo entusiasmado--, gente no conocida que está haciendo una loable labor. Viajaré mucho". Sí, señor. Siempre es interesante un periplo en pos del catalanismo errante y virtuoso, unos viajes por el ancho mundo en busca de la nostrada semilla que en el exterior fructifica. Conociendo a Calçada, y los buenos y divertidos golpes que tiene, es muy posible que ya haya encargado el pasaporte y la primera ciudad extranjera que visite sea Madrid. Y luego quizá pida un visado para ir a Burgos. La verdad es que nos habíamos reído mucho con Miquel cuando era Mikimoto y buscaba afanosamente a la pubilla de Catalunya. Precisamente, Julia le dijo que ahora ya ni siquiera hace falta que busque a l'hereu, que ya tenemos a Artur Mas en ese cometido. Reían ambos, en una hermosa holganza distendida. En fin, la noticia del regreso de Calçada nos seduce. Lástima que --según advirtieron-- no vaya a ser hasta dentro de un año, como mínimo. ¡Ah!, son tremendos dando exclusivas.


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