El Periódico, 28 de marzo de 2001

Ferran Monegal

Entrevistó el lunes Julia Otero al que antaño fuera tremendo Tigre de Gales, o sea, Tom Jones. Resultó una sesión demoledora. Atado a La columna (TV-3), el tigre fue un gatito, y Julia, la tigresa. Que este heroico cantante sobreviva a gritos de Sex Bomb no quiere decir que el hombre esté para muchas guerras. La crueldad de Julia fue tremenda. Viendo, en efecto, que el felino era doméstico, le soltó: "Oiga, dicen que antes usted llegaba a un hotel y lo primero que pedía eran preservativos. Veinticinco al día. Y ahora, qué? Cuántos consume ahora?". Se quedó parado un momento el bueno de Tom, y cuando ya creíamos que iba a pedir un taxi para salir a toda mecha, se le iluminó el semblante y respondió: "Veinte, ahora paso con veinte". Las risas se escucharon en Cartagena. Acabó Julia pidiéndole que diera unos golpes de cadera, como aquellos que antaño daba y fundía los plomos. Dios mío: no apagó ni un mechero. La que sí pegó unos meneos sensacionales fue ella. O sea, sigue la excitación, tras la varicela.


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