Hoy como cada día, ha salido el sol. A Nueva York, también. Pero todos sabemos, intuimos, escuchamos decir y tememos que nada será igual después de ayer.

Ayer fue uno de esos días que, cuando seamos mayores, todos recordaremos: dónde estábamos, con quién estábamos, qué hacíamos, lo primero que pensamos... o mejor dicho, lo primero que escuchamos.

Al día siguiente de una tragedia humana, social, política y económica de estas dimensiones nadie sabe muy bien por dónde empezar. Nada más sabemos que sabemos poco. Ni siquiera quién es el enemigo. El riesgo de hacer una caricatura de la realidad existe, pero también existe la necesidad de hablar, intercambiar, pensar, reflexionar en voz alta.

Es lo que haremos hoy en La Columna: escuchar personas que, como ustedes o nosotros, están impresionadas, inquietas, afligidas.

Bona tarda. Comença La Columna.


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