"Su tabaco. Gracias"

La voz metálica y fría que nos agradece la compra de un paquete de tabaco en las máquinas expendedoras podría quedarse muda. El Ministerio de Sanidad quiere retirar del mercado estos aparatos que hay en los bares, cafeterías y centros de ocio, para evitar que los menores de edad tengan acceso al tabaco. Se supone que todos los propietarios de estancos cumplen la normativa de negarse a vender tabaco a menores, de manera que los adolescentes, ahora sin máquinas, tengan serias dificultades para conseguir esta droga legal que provoca la peor de las adicciones.

También es frecuente que en tiendas próximas a los centros escolares, los chicos y chicas puedan comprar cigarros, un consumo al alcance de su presupuesto que el Ministerio también pretende erradicar prohibiendo taxativamente a las tiendas esta peculiar venta.

Dice el refrán que la ocasión hace al ladrón, y evidentemente, la manera más efectiva de disminuir el consumo de esta droga peligrosa es “no comenzar” a fumar cuando, por edad, no somos conscientes de donde nos estamos metiendo.

Los adultos enganchados son víctimas de mil sustancias adictivas que los fabricantes se encargan de mezclar con el tabaco para hacernos muy difícil abandonar el vicio. Un vicio que es un negocio mundial, que los gobiernos dicen que combaten mientras ponen la mano para recoger los beneficios.

Bona tarda. Comença La Columna.


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