El pan nuestro de cada día, danos -Señor- en el día de hoy. Esta es la oración que los horneros quisieran que fuera verdad.

Cada año gastamos en pan una media, por persona, de 14.400 pesetas -86 euros. Eso quiere decir que comemos poco pan, muy poco, no llega a los 150 gramos diarios, casi la mitad de lo que se come en países como Francia, Alemania o Italia.

“Las absurdas campañas contra su consumo”, según conclusión de la Cofradía del Buen Pan, han provocado el descenso imparable de un alimento básico en la dieta mediterránea, que tanto ayuda a equilibrar los porcentajes de proteínas, grasa y glúcidos que necesitamos cada día.

Hoy han anunciado una campaña de divulgación durante tres años para cantar las excelencias de un producto que a menudo quitamos de la mesa cuando queremos perder algún kilito.

Decía el clásico que el pueblo tiene bastante con “panem et circem”, es decir, pan y circo...

España parece que ha prescindido del pan... pero está entusiasmada con el “circem”: algunas gordas declaraciones del 20-J no pueden obedecer a ninguna otra razón. No hace falta decir ni pío, “ni Pío”.

Bona tarda. Comença La Columna.


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