Editorial del 3 de diciembre de 2020

Ayer, ya cuando nos estábamos despidiendo del programa, un oyente dejó una pregunta. Dijo: "¿Solo puede abordarse el tema del chat de los militares jubilados, golpistas, en tono de chascarrillo y guasa? ¿Qué estaríamos diciendo si alguien en las antípodas ideológicas hablase de fusilar a los ciudadanos de extrema derecha?"

La respuesta a ese oyente la ha dado de alguna manera esta mañana la ministra de Defensa, Margarita Robles, que no solo no se lo ha tomado a broma, como algunos pretendían, sino que ha trasladado a la Fiscalía esos mensajes del chat de militares golpistas, jubilados, eso sí, afortunadamente.

Varios de estos exaltos mandos del Ejército también mandaron una carta al Rey mostrándole su apoyo, su lealtad, y mostrando su preocupación por si este Gobierno socialcomunista, terminología muy familiar, por cierto, rompía la unidad de España y aniquilaba nuestra Democracia, decían. Una Democracia muy curiosa en la que se desea fusilar a quienes no piensan igual.

Vamos a debatir sobre estas conversaciones en el tiempo de Gabinete. Ahora que se quiere reformar el delito de sedición, ¿cómo se debería valorar este tipo de manifestaciones por parte de militares en la reserva? ¿Empañan la imagen del Ejército o solo se representan a sí mismos, como ha dicho la Ministra? ¿Quién está insuflando ese nivel de odio en la sociedad española?

Nos lo preguntaremos en compañía de Ignasi Guardans, Elisa Beni y Javier Gállego.


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