Editorial del 11 de noviembre de 2020

La Comisión Europea ha aprobado hoy el acuerdo con Pfizer y Biotech para la compra anticipada de la vacuna. Serán 300 millones de dosis, las cuales se repartirían proporcionalmente en los países miembros de la Unión a razón de su población.

El Gobierno de España espera disponer de 10 millones de vacunas para otros tantos españoles la próxima primavera. Sanitaros y mayores los primeros, claro.

La noticia de Pfizer provocó una fiesta en las bolsas de todo el mundo y en particular en la española, que se apuntó jornada histórica de subida el pasado lunes. También hoy, el banco de inversión Goldmand Sachs apunta las previsiones para España augurando un crecimiento del 7,1 para el 2021 y del 6,4 para el 2022. Somos los que más caímos y los que más caemos, pero, según Goldmand Sachs, también somos los que más vamos a crecer.

La economía de un país desde luego tiene mucho de psicología social y de estado de ánimo colectivo. Si hay percepción de que las cosas pueden mejorar o ir bien acaba por convertirse en profecía cumplida porque se mueve el dinero y crece el consumo.

La impresión de que la primavera puede llegar con buenas noticias en forma de vacuna o vacunas, porque pueden ser varias, ha producido una alegría contenida que aún nadie se atreve a verbalizad del todo, pero que puede ser parte de la solución.

Así que hoy vamos a dedicar el tiempo de Gabinete a este optimismo disimulado que han desatado las noticias científicas. De hecho, hablar de optimismo disimulado es un tributo a la ciencia, tan maltratada por gobiernos de todo signo, y resulta que es imprescindible para lo que importa de verdad. Y ella nos da alegría en este momento. Me refiero a la salud, que es lo que importa.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net