Editorial del 28 de septiembre de 2020

Este mediodía se ha conocido la inhabilitación de Quim Torra, el President de la Generalitat de Cataluña, aunque hace media hora aún no se le había notificado personalmente.

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de un año y medio de inhabilitación por desobedecer a la Junta Electoral Central, y mantener una pancarta partidista en el balcón de la Generalitat. Fue durante la Campaña electoral de abril del 2019.

Era una noticia esperada, ninguna sorpresa, pero eso no implica que esté claro lo que sucederá a continuación. Con Quim Torra apartado de la presidencia y los partidos independentistas envueltos en su propia lucha interna, lo único que está claro es que habrá elecciones anticipadas, y que la Generalitat entra en un periodo de interinidad en plena pandemia.

Que nadie descarte que el Covid 19 sea usado como coartada, incluso para que esa interinidad del govern llegue lo más lejos posible. ¿Elecciones a finales de enero o febrero? Ya veremos, no den nada por hecho.

Salvo que alguien presente un candidato alternativo, aunque sea para perder, y eso ponga el reloj parlamentario en marcha y los independentistas pierdan el control de los tiempos. Podría hacerlo Ciudadanos, PSC o PP. Sí, podrían.

¿Lo harán o coinciden todos - incluso con los independentistas - en que no hay prisa para las elecciones anticipadas?


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