Editorial del 2 de julio de 2020

La Comisión Europea está en negociaciones con Gilead, la farmacéutica propietaria del Remdesivir, para ver qué hace Europa ante el acopio masivo de Estados Unidos de este medicamento. Donald Trump, el hombre que en mayo rompió relaciones con la OMS, ahora ha llevado el "America, first" a lo sanitario, acaparando toda la producción de ese medicamento en los próximos tres meses. Un medicamento que ni siquiera es la panacea.

Asusta imaginar qué no haría si apareciese una vacuna. Vamos a reflexionar sobre este "nacionalismo sanitario", que no solo es insolidario y mezquino, sobre todo es estúpido: de nada sirve almacenar millones de pastillas si no se ataja a nivel planetario la pandemia. El virus recorre el mundo sin conocer patrias y fronteras. Nadie está a salvo mientras no se contenga el contagio planetario.


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