Editorial del 26 de junio de 2017

Un millar de personas desalojadas de sus casas, hectáreas y hectáreas de pinos quemados a ambos lados de la carretera que discurre de Mazarrón a Matalascañas.

Linces mimados en el Centro de Acebuche que fueron liberados in extremis para que escapasen del fuego... Imágenes de fuego demoledoras que nos han encogido el alma porque las llamas se acercaban a la joya de la corona, al parque natural de Doñana, la mayor reserva natural de Europa, un orgullo para España del que tantas veces hemos hablado y presumido en este programa.

El viento fue aliado del horror de las llamas durante todo el fin de semana, aunque este lunes parece haber dado una tregua a los cientos de agentes andaluces y de la guardia civil que trabajan como valientes desde hace 3 días. Afortunadamente parece que tres de los frentes del fuego han sido ya controlados y que pese a haberse acercado a la zona más protegida del parque nacional, la auténtica joya de Doñana, no ha conseguido entrar.

Es importante que la investigación abierta aclare cómo y qué o quién provocó el fuego. En todo caso, lo dicho esta mañana por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha sido oportuno, claro y contundente: Ni un solo metro del territorio quemado va a dedicarse a nada distinto de lo que fue.


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