Editorial del 5 de abril de 2017

El lenguaraz secretario del grupo socialista en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, se ha dejado ver esta mañana en la Cámara con Margarita Robles, a la que ya había pedido perdón por llamarla "hija de puta" en una reunión que tuvo con jóvenes socialistas hace unos meses y que ha trascendido estos días. Robles ha aceptado en lo "personal" las disculpas de Heredia y da el tema por zanjado.

Sin embargo, insultar al discrepante con tan bajo estilo y modos tan zafios, es sorprendente para quién ostenta el número 2 de un partido en el Congreso. Heredia no solo insultó a su compañera de filas, Margarita Robles, sino que apostó por disolver el PSC. La alcaldesa de Santa Coloma, Nuria Parlón, consideró ayer que alguien así no es digno de representar a nadie.

Heredia ha sido también pillado en pleno arrebato de "posverdad" cuando cita con nombre y apellido al líder de Comisiones, Fernández Toxo. Él fue, supuestamente, la fuente que le confirmó que Pedro Sánchez había acordado ya gobierno con los independentistas. Toxo le ha sacado los colores diciendo que nunca habló con Heredia, que todo es mentira. Y Heredia ha tenido que reconocer que esa conversación nunca existió.

Es tan sonrojante todo que la única pregunta es ¿puede la Gestora mantener en su puesto a este señor? ¿O es que su argumentario les resulta "familiar"?


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