Editorial del 29 de marzo de 2017

Los papeles del divorcio se han presentado. Ahora empieza la fase del estira y afloja para ver quién saca mayor tajada, aunque, de entrada ambas partes van a perder.

Theresa May, primera ministra británica, firmó ayer la carta y esta mañana ya la tenía el presidente del Consejo Europeo. La señora May tiene un difícil camino para venderle a sus ciudadanos que les mintieron en la campaña del Brexit y que, de lo prometido entonces, mucho no podrán conseguirlo o eso al menos dice Europa. Todos intentarán dividir, por aquello de que la desunión hace la fuerza.

Los británicos intentarán negociar bilateralmente con los países de la Unión que les interese, y la Unión a su vez, podrá jugar a desunir al Reino Unido, flirteando por ejemplo, con apoyar un referéndum en Escocia o con levantar un muro en Irlanda que tiene frontera terrestre con Gran Bretaña. Es verdad que muchos europeos viven en Reino Unido pero otros tantos ingleses viven en países de la Unión.

Hoy empieza el camino sin retorno del divorcio que durará, como mínimo, 2 años.

A ver cuál será el parte de daños dentro de ese tiempo.


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