Editorial del 9 de febrero de 2017

Penúltima jornada de juicio en el TSJ de Cataluña y los fiscales no han sido convencidos de lo contrario: Francisco Bañeres y Emilio Sánchez Ulled han elevado a conclusiones definitivas su convicción de que Artur Más, Joana Ortega e Irene Rigau desobedecieron y permitieron el referéndum del 9N en Cataluña. Eso implica que la petición de penas se mantiene también: 10 años de inhabilitación para Mas y uno menos, 9, para Ortega y Rigau.

Mañana el juicio quedará visto para sentencia y la patata caliente quedará en manos de los jueces del Tribunal superior de justicia. Dictaminen la inocencia o la culpabilidad de los acusados por desobediencia y prevaricación, lo que es seguro es que no se ve el final de un enfrentamiento que resulta agotador para muchos pero que mantiene el pulso vivo del independentismo.

A lo mejor pasado el congreso el PP este fin de semana, la vicepresidenta retoma el diálogo que hace unas semanas se dio por finiquitado.

Podemos no está finiquitado, desde luego, pero sí incendiado a 2 días de su Asamblea ciudadana en Vistalegre.


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