Editorial del 12 de diciembre de 2016

Si usted monta una empresa pequeña o mediana y se equivoca en las previsiones de negocio, los clientes no llegan o lo que usted ofrece no tiene mercado, tendrá que asumir el error y las pérdidas e incluso responder ante las deudas con su patrimonio personal. Normal en una sociedad de libre mercado, ¿verdad?

Lo que es una anormalidad es que las Grandes Constructoras cobren del Estado cifras astronómicas por hacer autopistas de peaje, basadas en previsiones tan equivocadas que resultan sospechosas, y cuando llegan a la quiebra, papá Estado se queda el pufo y se las pagamos entre todos. El truco se llama “Responsabilidad Patrimonial de la Administración”, una cláusula milagrosa que cuando el negocio no sale como se esperaba, permite a esas grandes empresas o a sus bancos acreedores, cobrar del dinero público. Estos liberales a ultranza que no comparten ni un céntimo de su negocio cuando va bien pero que pasan la factura al Estado cuando les sale mal son los auténticos antisistema.

Hoy lunes, 12 de diciembre, es el día en que definitivamente sabemos que nos vamos a comer con patatas unos 5 mil millones de euros, lo que costó construir 6 autopistas de peaje en Madrid, una en Alicante y otra en Cartagena. Nadie pagará por los errores cometidos, tanto en la previsión de uso de esas autopistas como en lo que se pagó y a quién por las expropiaciones, ni nada de nada.

Siete autopistas sin coches que nos han caído como regalo de Papá Noel. ¿Recuerdan aquella maravillosa película llamada la “Cena de los Idiotas”? Pues lamento decirles que somos los idiotas.


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