Editorial del 18 de mayo de 2016

Bruselas aprieta pero no ahoga. O mejor dicho, no quiere ahogar al gobierno español en funciones hasta pasadas las elecciones, seguramente para contribuir a que el PP pueda seguir gobernando. Nada teme más Bruselas que España ponga el grito en la urnas y apueste claramente por un gobierno que promueva políticas económicas distintas.

El ejecutivo comunitario ha aplazado hasta julio la decisión de si multar o no a España por no haber cumplido el año pasado con el objetivo de déficit. Recuerden que las administraciones públicas gastaron 8.000 millones más de lo prometido en 2015.

En el supuesto optimista de que en Julio tengamos gobierno, éste se encontrará no solo con la necesidad de hacer ajustes severos para lo que queda de año sino además, como guinda del pastel, puede toparse con una multa millonaria de Bruselas. Si es un gobierno distinto al actual, sería un castigo antes de ponerse siquiera a andar. Si es al mismo gobierno, también pagarían justos por pecadores. O sea, nosotros, los ciudadanos.

Por cierto hoy el Banco de España nos ha hecho saber que la deuda pública supera por primera vez en un siglo el 100% del PIB, es decir ya debemos más de lo que producimos entre todos en un año entero. De esto debieran hablar hoy los señores candidatos en lugar de dedicarse a los fuegos artificiales.


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