Editorial del 28 de marzo de 2016

Ha llegado la primavera, hemos pasado un invierno completo con gobierno en funciones y puede que la alergia al pacto y el consenso, que siente una parte de la clase política española, nos haga atravesar la estación recién estrenada también sin gobierno.

El tiempo se echa encima, apenas queda ya un mes para conocer quién será el presidente y con el apoyo de quienes. Y si no, daremos la vuelta al calendario y los sudores del verano nos pillarán otra vez en campaña y convocados a las urnas.

La dirección de Ferraz ha movido ficha interna esta mañana al proponer el aplazamiento de su congreso hasta que llegue el 2 de mayo, el día límite para formar gobierno. Llama la atención que un sector del PSOE pueda oponerse a ese aplazamiento, salvo que estén interesados en darse un eficaz tiro en el pie.

¿Cómo se hacen primarias para escoger líder mientras el actual intenta formar gobierno? La respuesta es de Perogrullo: no se puede salvo que la apuesta sea el suicidio político, que, vista la historia, tampoco puede descartarse.

Pasada la Pascua y sus huevos, se acercan días de comprobar cómo van los testosterónicos encuentros entre los líderes patrios.


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