Editorial del 17 de marzo de 2016

Pues sí, como en la Roma de Julio César, los idus de marzo ya están aquí. Es más se produjeron, como mandan los dioses, el día 15, el consagrado al dios de la guerra.

Hoy día 17, 48 horas después del primer sacrificio con sangre, Pablo Iglesias cita a todos los líderes territoriales de Podemos para mañana viernes. Les contará sus razones para la destitución con alevosía y nocturnidad de Sergio Pascual, el secretario de organización y hombre de confianza de Iñigo Errejón.

Los votantes ilusionados que habían creído que eran los medios de comunicación y los adversarios políticos de Podemos los que inventaban enfermedades imaginarias en el partido, ya saben ahora que pecaron de ingenuos. La mentira tiene las patas cortas, así que por más que fingieron -como hacen todos los partidos cuando tienen crisis- tuvieron que aceptar finalmente que hay pelea como siempre ha habido en la izquierda de la “otra orilla”, que decía Anguita. Una amalgama de corrientes y susceptibilidades dispuestas a destriparse en público y en privado para divertimento de poderosos y conservadores.

El Podemos que fue desde su nacimiento un movimiento ilusionante para cientos de miles de personas, no importaba si procedían del electorado de la derecha o de la izquierda, ha decidido tirar por la borda su principal tesoro -la transversalidad- para volver a los principios. Y los principios de la izquierda “de la otra orilla” que parece haber escogido la dirección, se basa en cosas muy viejas ya y muy conocidas: la bronca interna, las facciones la pureza ideológica... Esa que llamó en su momento traidor a un personaje, por ejemplo y hay muchos, como Jordi Solé Tura, intentará ahora que Errejón y los suyos pasen por lo mismo. Que pena.


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