Editorial del 14 de marzo de 2016

El juez del Caso Taula ha imputado hoy al PP de Valencia por el presunto delito de blanqueo de capitales, por el rudimentario método de pedir aportaciones a sus miembros que luego eran devueltas en metálico con la caja B.

El juez ofrece a la senadora Rita Barberá acudir voluntariamente a declarar ante él para ver si eleva la causa al Tribunal supremo, el tribunal que puede juzgar, llegado el caso a la exalcaldesa de Valencia. La fiscalía considera que hay “indicios suficientes de la participación” de Rita Barberá en los hechos que se investigan.

O sea, el juez pone la pelota en el tejado de la senadora para que sea ella la que decida si acude o no a declarar. En Génova nadie parece dispuesto a pedirle que lo haga. Así que veremos en los próximos días la voluntariedad o no de la Sra. Barberá.

También está por ver la voluntariedad de José Ramón Besteiro para abandonar la secretaria general de los socialistas gallegos, imputado como está desde el viernes en dos procedimientos. Es verdad que ha renunciado a ser candidato a la Xunta, pero se resiste a abandonar la dirección del partido en Galicia. Aunque Pedro Sánchez agradezca su apoyo en momentos difíciles, sería coherente e imprescindible que le exija la dimisión como secretario general.

Hay que predicar y dar trigo. Más que trigo, estopa.


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