Editorial del 21 de enero de 2016

Por una broma radiofónica -sin gracia alguna, por cierto- sabemos que Rajoy tiene la agenda muy libre en momentos en que cabría esperar y desear que estuviera todo lo contrario, comprometida de mañana a la noche.

Por indiscreciones o transparencia del diputado de Compromís, Joan Baldoví, que ha visitado al rey esta mañana sabemos que Felipe VI es partidario de seguir el “orden natural” de las cosas y proponer a Rajoy para que haga un primer intento de conseguir la investidura. Aunque también le ha dicho el Rey a Baldoví que habría una salvedad, que el PP desistiera si está convencido del fracaso de su intento.

De ese escenario se habla ya desde hace un par de días. Y se especula mucho. ¿Puede Rajoy inhibirse para no pasar por “un calvario” seguro en que tendría que escuchar desde la tribuna del Congreso palabras muy gruesas de casi todos los grupos políticos?

Por de pronto, hasta este mediodía estaban de acuerdo los propios y los ajenos. Desde el PP el ministro de interior ha dicho que su jefe de filas estaba ya preparando su discurso, y desde el PSOE, Sánchez ha considerado ineludible que Rajoy vaya a la investidura porque de lo contrario, solo contemplaría su dimisión.

Ignoramos si hay plan B, pero a día de hoy, así están las cosas: abiertas, confusas e interesantes.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net