Editorial del 7 de diciembre de 2015

Ayer hubo elecciones en Venezuela y elecciones en Francia. En Venezuela eran elecciones legislativas y las ha ganado ampliamente la oposición a Nicolás Maduro, lo cual constituye un hecho histórico después de 17 años de chavismo. En Francia las elecciones eran regionales y el Frente Nacional de Marine Le Pen ha sido el partido más votado en 6 de las 13 regiones consultadas, cosa que, a falta de la segunda vuelta, convierte a esta formación de extrema derecha en la más popular de Francia y tal vez en la primera fuerza política.

Si lo de Venezuela supone esperanza para la libertad, lo de Francia es inquietante porque la cierta moderación de Marine Le Pen, la que ha impuesto al partido con la expulsión incluso de su padre y fundador Jean-Marie Le Pen, no se sabe cuánto tiene de estrategia electoral. La extrema derecha suele ponerse la piel de cordero para difundir su mensaje populista. Sarkozy, ese gran derrotado habiendo quedado segundo, porque aun teniendo 5 puntos más que los socialistas, él contaba con ganar cuando Hollande sólo pretendía resistir.

Las elecciones en Venezuela y Francia serán hoy el asunto al que dedicaremos el tiempo del Gabinete.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net