Editorial del 21 de octubre de 2015

Oficialmente ha acabado la legislatura en la que el partido popular ha disfrutado del mayor apoyo parlamentario de toda su historia, y hasta las elecciones de Mayo, del mayor poder territorial jamás alcanzado en nuestro país.

España empezó la legislatura completamente pintada de azul y ha vivido hoy su última sesión, sin ninguna concesión a la melancolía propia de cuando se cierra un ciclo. Al contrario, si el presidente del gobierno esperaba una tregua de fin de curso, lo que ha encontrado en la tribuna de oradores es una acusación reiterada, la de mentir durante 4 años.

Rajoy se ha defendido con la herencia recibida para responder al PSOE y con el ninguneo habitual para dirigirse a Rosa Díez, “no voy a hablar de su partido porque hay que ser generoso” le ha dicho a la portavoz de UPyD que hoy acaba su larga trayectoria como diputada y puede que su carrera política.

Hace 4 años teníamos un rey llamado Juan Carlos y el sistema político se asentaba sobre dos únicos partidos con opción de gobernar. Pasado ese tiempo, a España no la conoce ni la madre que la parió. La frase es muy antigua, la dijo Alfonso Guerra hace 33 años, pero nunca como ahora la sentencia encaja como un anillo al dedo.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net