Editorial del 1 de octubre de 2015

Cuando en una autopista un coche circula en dirección contraria a todos los demás, suele ocurrir que el conductor solitario sea el que va contra dirección. El empeño en mantener el rumbo solo puede provocar un serio accidente.

¿Es el caso del PP con la reforma urgente del Tribunal Constitucional? Durante el día de hoy, el pleno del Congreso rechazará todas y cada una de las enmiendas parciales que se han presentado y se aprobará con los únicos votos del Partido Popular. La unanimidad en contra de ese “retoque” del alto Tribunal hace prever corta vida a la reforma. Por de pronto el PSOE presentará un recurso ante el Constitucional tan pronto entre en vigor la reforma. Es decir, los magistrados del Constitucional tendrán que ver en unos meses si las prerrogativas que le adjudica la reforma de Rajoy, son o no constitucionales.

A pocos meses de unas elecciones generales, con nula expectativa de retener la mayoría absoluta, este golpe de efecto que no gusta más que a sus promotores, resulta un empecinamiento difícil de justificar. Las leyes se hacen para los delitos, no ad hominem, o sea, para personas concretas. Ese es el principio más sagrado de la filosofía del derecho.


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