Editorial del 23 de febrero de 2015

Empieza una semana marcada por el Debate del Estado de la Nación, un debate bastante desvirtuado los últimos años que mañana, sin embargo, tendrá puntos de interés añadidos. Sobre todo porque va a ser el último parecido a todos los que hemos vivido. Al bipartidismo le queda una primavera, así que los actores principales de este último enfrentamiento, Rajoy y Pedro Sánchez, lo están preparando como si, en efecto, no hubiera mañana, o sea, con mimo y esmero.

Se acaba la legislatura y el presidente del gobierno intentará convencer a la ciudadanía de que las cosas van bien en lo económico. El primer líder de la oposición, no debiera tener muchas dificultades para rebatir el mensaje triunfalista. Aunque eso sí, tiene el desafío de consolidar su liderazgo aprovechando que Podemos y Ciudadanos, tan presentes en los medios, aún no han cruzado la puerta de los leones del Congreso.

El bipartidismo tiene fecha de caducidad y con él, puede que los líderes que lo representarán mañana.

Salga uno u otro fortalecido del embate, lo seguro es que el año que viene sus señorías se parecerán poco a las que mañana aplaudirán a su jefe de tribu.


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