Editorial del 24 de noviembre de 2014

¿Se hacen los sondeos de opinión para saber qué opinan los ciudadanos, o se hacen para que los ciudadanos sepan qué opinar?

La pregunta se ha planteado mil veces y mil veces hay que tenerla en la cabeza, como fondo de armario digamos, para analizar la realidad. Por ejemplo, ¿es casual que los sondeos publicados en los Medios más vinculados al establishment, den nada menos que como ganador de las elecciones a Pablo Iglesias? ¿Es otra casualidad que Podemos aparezca, sin embargo, en los sondeos de Medios más afines, a 8 puntos del más votado que seguiría siendo el PP y por detrás del PSOE?

La demoscopia puede equivocarse pero si la horquilla es de casi 10 puntos, no sirve para nada. Bueno sí, en un lado sirve para movilizar -aunque sea de mala gana- a votantes díscolos o arrepentidos. En el otro, para que no cunda la euforia y vayan con pies de plomo para no dilapidar el capital de futuro que poseen.

Entre tanta encuesta electoral, encontramos hoy en las portadas al arzobispo de Granada postrado en el suelo pidiendo perdón. La foto es de ayer. Hoy, monseñor habrá conocido la detención de 4 presuntos pederastas, sacerdotes de su diócesis de Granada. La penitencia de la ley no se conforma con postraciones. Afortunadamente.


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