Editorial del 8 de octubre de 2014

Aunque hemos pasado del monotema de la consulta independentista al monotema del Ebola y la gestión de la crisis sanitaria y política, siguen pasando asuntos de calibre sobre los que hay poner el foco. El foco y la justicia, que a veces da pasos que la ciudadanía, no entiende cómo tardaron tanto en producirse.

El juez del caso Bankia, Fernando Andreu se ha decidido a imputar a Miguel Blesa, a Rodrigo Rato y a Ildefonso Sánchez Barcoj por el uso de las ya famosas tarjetas black. El juez Andreu abre pieza separada para investigar el posible uso delictivo de las tarjetas fantasma, un grifo de dinero fresco del que nunca se enteró la Agencia Tributaria. Por de pronto el próximo día 15 Blesa y Rato deberán acudir en calidad de imputados a contestar las preguntas del juez.

Eso sí, Rato tiene una baza en su mano que tal vez se convierta en atenuante: haber devuelto los euros que gastó de su tarjeta black. Una devolución, por cierto, que pudo efectuar porque “le avisaron” de lo que se le venía encima antes de que la documentación llegase a la Fiscalía anticorrupción. El ministro de economía, Luis de Guindos, consideró que había que darles la oportunidad de devolver el dinero. Una oportunidad que no se les brindó a los otros 82 consejeros. Quizás por aquello de que “entre bueyes no hay cornadas”. Veremos si la Justicia embiste.


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