Editorial del 15 de septiembre de 2014

Empieza otra semana intensa y plagada de hechos excepcionales. Lo es que el hijo mayor de Pujol declare 5 horas ante el juez Ruz de dónde ha sacado el enorme patrimonio que posee. El juez de la Audiencia Nacional no suele cansarse en la toma de declaraciones que a fuerza de largas e intensas pueden convertirse en una ratonera para los imputados. De eso se trata, claro.

Empieza también la semana vital para los escoceses, y de carambola, para los independentistas catalanes. Un Sí escocés les daría alas; un No, sería un chaparrón de realidad. Para no tener nada que ver lo de Escocia con lo de Cataluña, que históricamente no lo tiene, hay que ver cómo esperan unos y otros que el resultado les de oxígeno.

La batalla por Madrid, ahora que ha desistido Ana Botella, también es tema grande de esta semana. Y no lo es menos que el gobierno haya decidido aparcar, como avisó ya uno de sus portavoces, la contrarreforma de la ley del aborto.

Eso en la semana en que el poder económico despide a otro de los grandes, el presidente del Corte Inglés, Isidoro Álvarez, de cuya precaria salud tuvimos noticias el mismo día que falleció Emilio Botín.

El azar parece estar en plena conspiración para que España salte de generación en todos los frentes.


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