Editorial del 3 de septiembre de 2014

Las múltiples e insensatas jubilaciones anticipadas que se llevaron a cabo durante la época de bonanza, (quién no conoce a personas jubiladas en bancos y empresas públicas o recién privatizadas con menos de 50 años), están repercutiendo ahora en miles de jubilados, de edades bastante más avanzadas.

35 mil personas en España, fueron noqueadas este verano cuando el gobierno decidió dejar en un limbo inexplicable la vida de estos jubilados forzosos, que se quedaron sin trabajo en la peor edad, víctimas también de la reforma laboral. Personas a las que prometieron aplicar la vieja legislación y que se encontraron de golpe con que les aplicarían la nueva. ¿Cómo sobrevivir de los 60 a los 65 y encima ser penalizado después con una pensión miserable?

Jurídicamente no parecía una decisión sostenible. Y, desde luego, en términos de equidad y justicia resultaba un agravio indefendible a esas 35 mil personas. Pues bien, este mediodía el gobierno ha rectificado y ha acordado con los sindicatos que los que perdieron su empleo antes de abril del 2013 puedan recibir su jubilación anticipada a los 61 años.

Es una buena noticia esa rectificación aunque los mal pensados pueden sostener que el gobierno da marcha atrás porque, de mantenerse, los tribunales no lo hubieran permitido.


Política de Privacidad Política de Cookies © 1998-2024 juliaotero.net