Editorial del 29 de mayo de 2014

Si ayer dábamos cuenta a esta hora de la condena a 8 años de prisión para Rafael Blasco, ocupando vergonzosamente su escaño hasta el día de ayer, hoy hay que subrayar que también los cuatro exdirectivos de Caixa Penedès han sido condenados a 2 años de cárcel.

Es verdad que no ingresarán al no tener antecedentes penales y ser pequeña la condena de la Audiencia Nacional, pero lo importante es que los cuatro altos ejecutivos han devuelto los casi 29 millones de euros que se repartieron y cuya legalidad y ética defendieron durante el juicio.

Ver las orejas al lobo, o sea, el ingreso en prisión, les ha provocado el arrepentimiento instantáneo y les ha llevado a reconocer esta mañana, uno a uno ante el micrófono de la Audiencia que sí, que fueron administradores desleales y que se “apropiaron indebidamente” de una cifra escandalosa cuando la entidad ya hacía aguas por todas partes. Lo que, vulgarmente, cuando se trata de delincuencia común, se llama “robar”.


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