Editorial del 2 de mayo de 2014

Angela Merkel se encuentra en Washington para almorzar con Barak Obama en la Casa Blanca. Después les veremos comparecer juntos en rueda de prensa y es más que previsible que vuelvan a amenazar con más sanciones y castigos a Vladimir Putin, que no parecen que impresionen lo más mínimo al presidente ruso.

En el caso de Merkel, es especialmente complicado mantener esa línea dura con Putin sin propinarse un tiro en el pie, es decir sin perjudicar sus intereses económicos y gasísticos. Mientras, Ucrania sigue perdiendo terreno literalmente -dos provincias del este están ya en manos prorrusas- y Moscú descarta una salida pacífica o diplomática.

En fin, una guerra latente a dos horas de vuelo.


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